Somatización y elección de órgano




Somatización y elección de órgano

ya sabrán que el término “somatización” es una idea de aquel psiquiatra que se llamaba Piedra (de) Mechero (Pierre Briquet) un nombre magnifico para un psiquiatra de la Salpetriére de finales del siglo XIX. Pero en realidad el término somatización ha infiltrado el lenguaje coloquial y ya todo el mundo lo conoce y lo usa, no sólo los médicos sino tambien los usuarios de medicinas y remedios.
Somatizar es convertir un conflicto psíquico en un síntoma fisico aunque existe cierta confusión en torno al mismo porque algunos médicos utilizan el término como sinónimo de conversión es decir lo restringen para aquellos sintomas inexplicables desde el punto de vista somático. En este caso conversión histérica y somatización serian sinónimos ignorando el hecho de que la conversión histérica solo puede referirse a somatizaciones con algun sentido simbólico y siempre referidas al sistema nervioso voluntario. Dicho de otra manera una parálisis o un déficit sensorial pueden ser definidas como conversiones pero no como somatizaciones, pero una diarrea no puede ser definida como conversión pero si como somatización.
En realidad esta división es un poco arbitraria y se debe a la tradición puesto que las conversiones histéricas fueron abordadas mucho antes que las somatizaciones digestivas por ejemplo. Además de esta razón histórica hay otra: y es que Freud aplicó su trabajo a las conversiones histéricas descubriendo que existía una relación entre el síntoma y un agravio previo, demostrando que existía un enlace entre ambos acontecimientos y descubriendo de paso un método psicológico para sanar estos sintomas.





En 1936 Cannon y Selye publicaron por separado sendos articulos que resultarian definitivos para la aceptación cientifica de ese hecho ya conocido de que lo psicológico influye definitivamente en el cuerpo. Selye trabajando con ratas logró inocularles tal cantidad de impredictibilidad y terror que terminaron por desarrollar ulceras gástricas pos estrés y sangrados digestivos por causas psicológicas. Desde entonces llamamos a estos fenómenos estrés, una denominación inespecifica que sirve para nombrar cualquier tipo de “cambio” que propicie un “sindrome de adaptación general” o tambien una reacción de “lucha-huida”, que es el nombre con el que Cannon y Selye bautizaron a estos fenomenos orgánicos que tenian su origen en un impacto psicológico.
Con este trabajo quedaba claro que “la somatización” no era asimilable al concepto de conversión histérica puesto que no era que el paciente inventara sintomas con algún tipo de propósito mas o menos espúreo, sino que un conflicto psíquico podia manifestarse como una enfermedad verdadera, como una enfermedad genuina, una vez reconocido este hecho, se produjo un borramiento entre sintomas más o menos incomprensibles y sintomas atribuibles a una enfermedad fisica. Si una úlcera podia establecerse a partir de un evento psíquico, el término somatización podia extenderse a las enfermedades fisicas y no solo a las enfermedades mentales tipo histeria. Y al mismo tiempo las manifestaciones histéricas podian ser sintomas que hicieran el recorrido en el mismo sentido siguiendo las sendas de eso que ha venido en llamarse cuerpo sutil, es decir el cuerpo como representación mental, el cuerpo vivido. Desde ese momento hablar de manifestaciones histéricas o de somatización es algo absolutamente trivial: lo psicológico impone una marca somática bien el el cuerpo real o bien en el cuerpo imaginario.
Era el turno de la psicosomática, los que leyeron este post ya saben que las enfermedades psicosomáticas clásicas son estas: hipertensión ,asma, neurodermatitis, tireotoxicosis, ulcera gastroduodenal, colitis ulcerosa, migraña y artitis reumatoidea. En todas ellas los factores psicológicos desempeñan algun papel si bien su cualidad, intensidad y duración nunca fueron aclaradas básicamente porque la psicosomática carecía de una teoria explicativa que dilucidara como los eventos psicológicos se transforman en lesiones objetivas.
En parte esta labor de mediación ha sido abordada por la Psiconeuroinmunologia que ha establecido que el sistema inmune es el eslabón perdido que hace de puente entre lo mental y lo fisico. Los impactos emocionales tienen traducción fisica a través de nuestro sistema inmune y tambien el sistema hormonal y el sistema nervioso.
Holmes y Rae publicaron en 1967 una escala con el propósito de objetivar situaciones concretas y objetivas de estrés (los que quieran obtener esta escala pueden verla aqui):
Escala de eventos o estrés psicosocial de Holmes y Rahe
Como puede observarse a cada evento le sigue una puntuación que es el coeficiente estadístico con que las personas comunes reaccionarian a esa contrariedad o acontecimiento vital. Como puede observarse en la escala lo que se clasifica en ella son acontecimientos más o menos significativos en la vida de un persona, otorgándole la maxima puntuación a la pérdida de alguien querido y asi sucesivamente. Lo que la escala no aclara son -más allá de la intensidad- los caminos que utiliza el estrés para manifestarse.
No aclara porque algunas personas hacen un cáncer después de una pérdida significativa mietras otros reaccionan con un resfriado ni las razones que dirigen la elección de órgano. Por ultimo tampoco aclaran la lateralidad, es decir la preferencia por un lado u otro del cuerpo.
¿Por qué algunas personas somatizan en el aparato digestivo mientras que otras somatizan en la piel?

¿Por qué algunas personas somatizan en el lado izquierdo, otras en los dos lados, y otras en el costado derecho?
Para Hamer cada somatización está relacionada con la zona del cerebro encargada de procesar cada uno de los impactos que comprometen la buena funcionalidad del cuerpo. Asi el tronco cerebral estaría relacionado con aquellos acontecimientos que comprometen la vida, la respiración, el apetito, tragar, capturar y los miedos viscerales que tienen que ver con la supervivencia individual. El cerebro medio con aquellos aspectos relacionados con la desvalorización, los conflictos sexuales, los conflictos familiares y el nido, conflictos de apego. Por ultimo los conflictos territoriales, de desamparo moral, de demarcación o de repugnancia se hallarian en la corteza cerebral aunque algunos de estos conflictos tendrian aspectos que participarian de distintas partes del cerebro.
Por ejemplo imaginemos que el banco le embarga su casa. Si usted es una mujer sentirá que lo que está perdiendo es el nido, si es usted un hombre sentirá que está perdiendo su territorio (el nido extendido). Cada uno de los sexos somatizará de distinta manera en función del area del cerebro implicada en la resolución del conflicto, una mujer responderá con una depresión y un hombre con un infarto de miocardio.
Pero lo sorprendente es que Hamer ha teorizado sobre el gran dilema de la somatización y al parecer con un resultado nada desdeñable, asi:
Somatizamos en la piel los conflictos de pérdida, en los pulmones los conflictos de intenso temor a la muerte, en el riñón la nostalgia, en el higado el miedo a la pobreza o la agresión suprimida, en los genitales los conlictos sexuales y las ofensas al pudor (la cistitis de repetición de las mujeres), en el corazón los conflictos territoriales, en la mama los conflictos de nido (con los hijos o la pareja), en la próstata u ovarios los conflictos sexuales o las ofensas provocadas por un descendiente, en los huesos la desvalorización y la falta de soporte parental, etc.
Para saber más sobre las teorias de Hamer pueden visitar esta pagina web.
Para Hamer las enfermedades son siempre la expresión de un trauma o impacto emcional que:

es de gran intensidad y aparece por sorpresa.
es vivido en soledad o aislamiento
el individuo carece de recursos de resiliencia para enfrentarlo.

Este punto de vista fractura la concepción clásica de que el estrés es algo inespecífico que viene de afuera y que el individuo es incapaz de enfrentar con sus propios recursos. Más bien parece que cada estilo de estrés pudiera factorizarse y dividirse a su vez en factores que afectaran a una u otra area cerebral interesada en procesar afectos distintos. Y que más allá de eso a esa area cerebral le corresponderia un órgano o sistema específico. La lateralidad se explicaria a través de la conocida fórmula : hemisferio izquierdo (hemicuerpo derecho) masculino y al contrario. De este modo Hamer puede llegar a predecir qué clase de conflicto ha tenido una persona que presenta una patologia determinada y tambien que patologia podrá tener una persona que ha sufrido un determinado estresor. Más allá de eso, tras el examen de un TAC cerebral y a través de determinados focos (focos de Hamer) es capaz de diagnosticar qué enfermedades tiene el citado paciente.


Y dicen que lo ha hecho en vivo y en directo.

En cualquier caso aqui queda para aquellos navegantes que quieran profundizar más en ello, lo cierto es que algunas cosas de las que dice no son fáciles de refutar y otras no estoy aun en condiciones de emitir sobre ellas un juicio. Lo que es verdad es que el concepto de estrés nunca me ha gustado por su vaguedad y su ambigüedad.

Y es por eso que siempre he pensado que uno de los intereses que para mi tiene la homeopatia es su conceptualización de los microsíntomas. La psicopatología está por rehacer y el futuro en mi opinión -y tambien en la opinión de otros- estará en la busqueda de fenotipos recortados, es decir de pequeños síntomas que sean a su vez muy especificos para a partir de ellos disminuir las distancias entre los psicológico y lo corporal. Si ustedes echan un vistazo a los repertorios homeopáticos clásicos como por ejemplo el de Kent se asombrarán de ver como ha habido médicos que se pasaron la vida haciendo listados de sintomas muy especificos que la medicina oficial ha olvidado, me estoy refiriendo precisamente a eso que ahora llamamos estrés y que los homeópatas llaman “trastornos por….”, sin olvidar que la lateralidad de los sintomas es para la homeopatia esencial a la hora de definir y prescribir un remedio.

Pongo un ejemplo:

Una mujer jóven y soltera presenta una cistitis de repetición, siempre después del coito. Los médicos convencionales diagnosticarían una cistitis infecciosa y la tratarian con antibióticos o antisépticos urinarios sin caer en la cuenta de que estas cistitis son somatizaciones del propio coito. Un psiquiatra tildaria el caso de histérico e investigaria qué sucede en la vida de pareja de esta mujer o en cómo vivencia el sexo siempre desde la sospecha de que la mujer es frigida. Nadie se plantearia -salvo un homeópata- en pensar que esta mujer siente el coito como un ataque a su pudor, bien por inexperiencia o desconsideracion de su compañero o bien por sus concepciones previas con la sexualidad, el miedo a quedar embarazada o a perder a su pareja, tambien puede estar expresando un problema de asco o repugnancia. En cualquier caso, esta cistitis de repetición se resuelve con Staphysagria.

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