Somatización, cuando la mente enferma al cuerpo
Somatización, cuando la mente enferma al cuerpo
El cuerpo evidencia el daño
interno que provoca la falta de equilibrio interno
La somatización es la exteriorización
de lo que sentimos
Cuando no sabemos exteriorizar nuestros sentimientos, es el
cuerpo el que “habla”. Es así como dolores de estómago, migrañas, alergias,
depresión, angustia o ansiedad no se deben exactamente a una patología
orgánica, sino más bien a la exteriorización de algo que mantenemos guardado en
nuestro interior.
Carla González C.
Mente y cuerpo están íntimamente ligados y sabiendo esto, es
mucho más fácil entender por qué hay algunas personas a quienes se les
presentan algunas dolencias físicas que
describen como una enfermedad equis a la cual hay que dar tratamiento.
Sin embargo, cuando se acude a uno, dos o más médicos buscando
una respuesta para estos padecimientos y ninguna parece ser satisfactoria, la
inquietud podría dirigirse hacia otro lado - uno más profundo - en el cual la
gran mayoría de las veces se encuentra escondida la verdadera razón del
sufrimiento.
A este proceso se le llama somatización y según el
diccionario de la Real Academia Española significa “transformar problemas
psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria”.
El psicólogo del Centro de Salud Mental Psiquesalud, Luis
Díaz Cosmelli, aclara que es necesario distinguir la causa por la cual se
producen las somatizaciones, “no es lo mismo si es causada a través de un
factor psicológico que cuando hay una enfermedad que genera esta manifestación
corporal”, dice.
Para el psicólogo, las somatizaciones pueden también
provenir de algunas enfermedades específicas – como las autoinmunes – de las
cuales aún no se conoce su causa, pero que sí son reconocibles por sus
expresiones, las que en su mayoría son relacionadas con el dolor. La fibromialgia,
el lupus y la esclerosis múltiple son algunas de ellas.
Escuche lo que su cuerpo quiere decir
Malestares como la gripe o cierto tipo de dolores son
algunas de las alarmas a las que hay que estar atento, pues a pesar de que
ambos ejemplos tratan de padecimientos que tienen explicación lógica, pueden
estar siendo potenciados por razones diferentes a las ya conocidas.
Al respecto, Luis Díaz menciona que “muchas veces algunos de
nosotros podemos estar resfriándonos seguido o haciendo alergias más a menudo. Esto
significa que algo está pasando en nuestro sistema neurológico, que es como el
sistema de defensa que tenemos”, comenta.
Además de los padecimientos orgánicos, trastornos como la
depresión o el estrés también pueden generar diferentes somatizaciones en las
personas. Al respecto, el psicólogo menciona que “las depresiones influyen
directamente en el estado anímico – hay todo un proceso químico de por medio –
donde la gente se pone más irritable, le molestan más cosas e incluso en el
cuerpo también se presentan manifestaciones”.
En este mismo contexto, afirma que “cuando las personas no
son capaces de exponer a través de la palabra su pena o dolor, es el cuerpo el
que habla. Si no está la palabra, el cuerpo sí lo estará” y añade que en cuanto
a los lugares del cuerpo que pueden verse afectados por este proceso, “todo
dependerá de la subjetividad de la persona”.
Lamentablemente – y según palabras de Luis Díaz – las
somatizaciones son recurrentes y al parecer son las mujeres las que más se ven
afectadas por ellas. A modo de explicación, menciona que hay grados de este
trastorno, en donde habrá quienes sólo sientan uno que otro malestar de vez en
cuando y durante situaciones específicas y otros que pueden hacer suyo ese
dolor, ese “sentirse enfermo” por un tiempo prolongado.
La ayuda está en la Psicoterapia
Como se trata de una enfermedad que no se descubre por sí
sola sino que después de varios diagnósticos médicos fallidos, la búsqueda de
ayuda (por ejemplo psicológica) puede llegar tarde.
A pesar de lo anterior, el psicólogo menciona que “hoy, la
medicina tiene mucho más claro que hay ocasiones en que se trata de temas
psicológicos y que deben ser derivados. El problema es que muchas veces el
paciente se resiste a eso”.
Para el profesional, una de las maneras más efectivas de
tratar las somatizaciones es mediante la psicoterapia, procedimiento a través
del cual el especialista guía al paciente a que sea él quien encuentre la
manera de escucharse a sí mismo, autoconocerse e indagar la razón por la cual
está sintiendo molestias físicas cuando en realidad no hay ninguna enfermedad
aparente.
“La cura a través de la palabra”, define Díaz a la
psicoterapia y complementa diciendo que “se trabaja con el lenguaje” en éste,
un trastorno en donde la mayoría de las veces “hay una dificultad en comprender
qué es lo que está pasando”, situación que puede llevar al paciente a, por
ejemplo, hacerse dependiente de fármacos que supuestamente ayudarían a sanar su
afección.
Para el especialista, existen muchos factores que funcionan
como alicientes a la somatización. Entre ellos dice que no existe la tolerancia
de los otros para que uno pueda expresar lo que le pasa y además siente que “en
este mundo tan vertiginoso tampoco hay espacios para expresarse. Por otro lado
también puede influir el hecho de que enfermarse es de alguna manera un estigma
que te encasilla” y por eso muchos prefieren responder “bien” siempre que le
preguntan por su estado a detenerse un momento y comentar lo que en realidad
está ocurriendo en su interior.
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