No desestimes tus sueños

A lo largo de la historia de los sueños, los hombres y mujeres relacionados con la ciencia y la religión han respetado las visiones y los presagios.
En la Biblia, los patriarcas, profetas y reyes del antiguo Israel, además de Jesús y sus discípulos, son retratados como soñadores y profetas cuyas visiones y perspectivas, tanto despiertos como dormidos, guiaban a su gente.
No hace tanto tiempo, el psicólogo suizo Carl Gustav Jung concluyó que, en algunas ocasiones, el estado de sueño puede proporcionarnos acceso a información fiable sobre acontecimientos presentes y futuros de nuestro día a día o de asuntos mundanos.
Podemos tener también una visión más privilegiada sobre lo que llama las realidades arquetípicas en el inconsciente colectivo. Esto, explicaba Jung, nos llevará en su momento a formas superiores de comprensión y de descubrimiento creativo.
Aportación creativa
Resulta interesante destacar cómo muchos de los mayores descubrimientos, creaciones e inventos científicos y artísticos de la era moderna han tenido su origen en sueños y visiones.
En el siglo XVIII, James Watt, el padre de la revolución industrial, reclamaba haber obtenido la idea del motor a vapor en manos de un donante sobrenatural a través de un sueño.
Había estado trabajando en los problemas implicados en ese tipo de motor, pero no concebía cómo podía hacerlo funcionar. Contaba que se durmió en su escritorio y que le mostraron en un sueño vívido todo el modelo operativo del motor tal y como tenía que ser. Cuando se despertó, se limitó a copiar y construir lo que había «visto».
Algunos de los mayores genios creativos (artistas, músicos, novelistas y poetas) también cuentan que han recibido a través de sueños y visiones el tema, argumento y segmentos de sus obras maestras. Robert Louis Stevenson, por ejemplo, contaba que la historia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde se originó en un sueño.
Tipos de sueño
Como todos sabemos, no todos los sueños son visionarios. Los autores de las antiguas Grecia y Roma reconocían varios tipos de sueño, entre los que se encontraban los tipos no psíquicos habituales. Estos tipos de sueño podían atribuirse a causas más mundanas, como por ejemplo comer demasiado antes de acostarse, las enfermedades, etc.
Hoy en día, mucha gente que se dedica a la investigación de los sueños cree que el proceso del sueño desarrolla una función psicológica importante al procesar y asimilar nuestros impulsos emocionales. Esto sucede tanto si la persona recuerda o incluso descifra el contenido simbólico del sueño, como si no.
De hecho, todo el mundo sueña, recuerde o no los sueños.
Se calcula que pasamos soñando unos 45 minutos de una noche de unas ocho horas, los cuales se distribuyen en diferentes intervalos a lo largo del proceso de sueño.
La fase del sueño se caracteriza por el movimiento ocular rápido (MOR) debajo de los párpados cerrados. Gran parte sucede durante el final del período de sueño.
Se ha descubierto que si se priva a una persona del estado de sueño y sólo se le permite el tipo de descanso más profundo sin sueños, ésta mostrará menor capacidad para lidiar con el estrés y con las dificultades emocionales del día a día. Esto parece indicar que soñar podría desarrollar una función asimilativa emocional y psicológica.
Lenguaje secreto
En los sueños convencionales y en los sueños psíquicos o espirituales nos encontramos con el misterioso lenguaje del inconsciente.
Es nuestra decisión aprender a leer este lenguaje si queremos entendernos mejor a nosotros mismos y desarrollar nuestro potencial creativo.
Tal y como muestran los sueños y las visiones, el lenguaje de nuestras mentes inconscientes es pictográfico y emocional. Recibimos, almacenamos y transmitimos información sobre acontecimientos y objetos de nuestro alrededor, además de nuestras reflexiones internas.
Nuestras mentes reciben y almacenan dichas imágenes a lo largo del día y la noche a través de los cinco sentidos físicos y por telepatía. Nuestra reacción emocional a tal información codificada en imágenes ha de clasificarse y asimilarse en algún momento. La fase de sueño es un proceso en el que se clasifica la información cargada de emociones que está almacenada en el subconsciente.
Los sueños son símbolos
La mayoría (no todas) de las imágenes de las que tomamos conciencia en la fase del sueño son símbolos de otras realidades. Es como si nuestra mente subconsciente empleara imágenes de otras cosas  que no nos asustan tanto como las de verdad implicadas.
Estas imágenes son el lenguaje básico del inconsciente. Nuestro trabajo consiste en aprender a interpretarlas.
Hay varios niveles de simbolismo en este lenguaje del inconsciente que domina nuestros sueños y visiones.
En primer lugar, están los símbolos universales para todas las personas de cualquier cultura. Jung los llamó arquetipos. Entre estos símbolos se encuentran la madre, el padre, el hijo, el cielo, la tierra, el sol, los animales, etc.
En segundo lugar, están los símbolos tomados a partir de objetos, los papeles sociales o acciones que están condicionados por una cultura o religión específica, etc. Se incluirían símbolos como la cruz, la Estrella de David o acciones que se hayan convertido en símbolo de la devoción religiosa o del orgullo nacional.
En tercer lugar, están los símbolos personales, que serían aquellos objetos o acontecimientos que son significativos para un individuo a causa de su experiencia.
Análisis de los sueños
Para analizar un sueño o una visión de forma precisa, debemos comprender el símbolo y lo que el autor del sueño asocia a éste.
Aunque existen varias formas de trabajar los sueños, la siguiente técnica  me parece muy efectiva. La concibió el Dr. John Rossner, profesor de religión comparativa en la Universidad de Concordia.
  1. Entra en estado de relajación, como en el que te encontrarías al despertarte.
  2. Recuerda toda la secuencia del sueño. Escríbela o grábala.
  3. Incluye todos los detalles, sin importar lo absurdos que puedan parecer a tu mente consciente (tendrán un significado en el lenguaje inconsciente o en uno de los tres niveles anteriores de símbolos del sueño).
  4. Cuenta de nuevo toda la historia del sueño. Esta vez, cuéntala con otras palabras (esto te ayudará a que se te ocurran significados asociados o equivalentes de las imágenes y los sentimientos originales expresados en el sueño).
  5. Cuando lo hagas, descubrirás en tu conciencia diversas asociaciones con las imágenes o escenas del sueño. Toma buena nota.
  6. Ahora, revisa cada imagen principal de los acontecimientos del sueño para preguntarte:
    1. ¿Este objeto o evento es universal, está condicionado por una cultura específica o es personal?
    2. ¿Cuál es su simbología universal o cultural, o qué significado tiene para mí?
  7. Para encontrar la respuesta a b., haz lo siguiente:
    1. Describe el objeto, la persona o el acontecimiento según:
      Lo que hace
      Su aspecto
      Los sentimientos que evoca en la mayoría de las personas o a ti a nivel personal.
Al hacer este procedimiento, recuerda que los acontecimientos arquetipo como las bodas, los nacimientos, los fallecimientos o los funerales suelen ser un símbolo de otra cosa y no deberían percibirse de forma literal.
Marilyn Rossner
www.iiihs.com

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