Cómo curar el dolor emocional
Las heridas emocionales son tan reales como las heridas físicas. Si las heridas emocionales se dejan sin resolver, pueden manifestarse como diferentes dolencias físicas en todo el cuerpo. Se requiere de un cuidado apropiado de las heridas emocionales para una completa curación y crecimiento. Los indicios de problemas emocionales no resueltos incluyen resentimiento, sentimiento cerrado y miedo excesivo a ser herido de nuevo. Las emociones reprimidas contraen la fuerza de la vida y la vitalidad y nos impiden vivir la vida plenamente.
Instrucciones
1
Reconoce que hay un dolor emocional presente en tu vida. Esto no siempre puede ser la cosa más fácil de hacer, pero es una parte necesaria del proceso de curación. Al reconocer que no te sientes equilibrado o simplemente te sientes "apagado", tómate el tiempo para buscar la raíz del problema. La apertura y la honestidad es crucial.
2
Invita al trauma emocional en tu conciencia para que puedas identificarlo y tratar con él. Date permiso para sentir las emociones. Se necesita práctica para sentir realmente lo que está sucediendo en el interior. Debes estar dispuesto a reconocer y perdonar lo que venga.
3
Vuelve sobre tus pasos para descubrir la raíz del problema. La creencia de que no eres lo suficientemente bueno o que hay algo malo en ti puede surgir de experiencias de la infancia. ¿Aprendiste muy joven a negar el dolor emocional para poder funcionar en tu vida diaria? Las emociones de "relleno" limitan nuestra experiencia de la vida y silencian la verdadera felicidad que podría ser experimentada. Empezamos a creer que el tener ciertos sentimientos no es aceptable, por lo que los escondemos para que otros no los vean. La causa principal de tu trauma emocional puede ser dolorosa de establecer, pero es vital para el proceso de curación.
4
Disfruta de los sentimientos que afloran a la superficie y permite su tratamiento. Reconoce estos sentimientos como algo importante, pero que ya no te sirven de una manera saludable. Si estos traumas emocionales no se tratan, las dolencias físicas continuarán manifestándose y sólo pueden ser tratadas superficialmente. Exhorta al amor a entrar en tu vida para que haga desaparecer el dolor y llena ese espacio con el amor.
5
Háblate a ti mismo, tu cuerpo y tu mente. Hazte preguntas sobre cualquiera de las cosas que se presentan, ya sea en voz alta o utilizando tu voz interior. Pedir aclaraciones a las preguntas invita a las respuestas a presentarse. Da tiempo para que las respuestas se manifiesten y está dispuesto a escuchar con el corazón abierto. Podrías preguntarte por qué estás sintiendo esa emoción particular, por qué sientes que tienes que defenderte y tu posición en esa cosa en particular, de qué tienes miedo, lo que necesitas para enviar amor a tu vida y a tu cuerpo, o por qué no estás dispuesto a ver algo que sería beneficioso para darte cuenta en este momento.
6
Date permiso para sentir cualquier emoción que surja, reconociendo que lo que venga es importante y se está dando a conocer por una buena razón. Haz un esfuerzo consciente para abordar esto sin miedo. No huyas si comienzas a sentirte un poco incómodo; es parte del proceso de curación. Aquí es donde rompes las paredes de los viejos hábitos y de las viejas formas de pensar para hacer espacio para un enfoque nuevo y más saludable a la vida. Conseguir atravesar este corto período de incomodidad será muy gratificante y valdrá la pena.
7
Recuerda que debes ser positivo, abierto y alentador. Debes estar dispuesto a permitir que la curación tenga lugar. No te juzgues a ti mismo o a tus sentimientos; la curación es un proceso continuo. Y recuerda, nadie es perfecto.
8
Presta atención a cualquier resistencia que aparezca o la tendencia a desechar la responsabilidad de ciertos comportamientos o sentimientos. Esta es una clara indicación de que necesitas más aclaración y trabajo por hacer en esa área.
9
Toma un paso a la vez. Date tiempo para hacer frente a cada sentimiento individual con el amor, la atención y el perdón.
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