SOMATIZAMOS NUESTRAS EMOCIONES.


SOMATIZAMOS NUESTRAS EMOCIONES

“Todas nuestras emociones se inscriben al nivel del cuerpo”. Boris Cyrulnik.
En muchas ocasiones la enfermedad física es el resultado de un desequilibrio emocional que persiste a través del tiempo. Las enfermedades psicosomáticas son producidas por somatizaciones del individuo, es decir, cuando la relación mente-cuerpo se ve alterada debido a emociones displacenteras, sentimientos negativos, modificaciones del ciclo vital o situaciones de alto impacto emocional, las cuales producen estrés, que puede representarse en forma de síntomas o enfermedades físicas.
¿Qué tan lejos pueden llegar las emociones?, ¿Las enfermedades psicosomáticas son un problema mental?, ¿Qué soluciones existen?, ¿Qué tanto perjudica no hablar de los problemas o qué tan malo es no expresar los sentimientos?.

A veces acudimos al médico quejándonos de alguna enfermedad o dolencia, y tras hacernos un chequeo los resultados son negativos, no habiendo una justificación al malestar de la enfermedad que creemos tener. Esto causa cierto desconcierto, ya que es más cómodo encontrar una causa física y aplicar un tratamiento, que entender y aceptar que es nuestra mente la que puede estar originando o manteniendo la alteración.
Recientes investigaciones demuestran que los factores psicológicos pueden desempeñar un papel importante tanto en la aparición como en el mantenimiento de algunas enfermedades.
“Cuando el corazón no llora, lloran los órganos” Boris Cyrulnik.
De acuerdo al libro “Como comprender las enfermedades psicosomáticas”, los síntomas físicos que se manifiestan de forma crónica o que aparecen y desaparecen de manera periódica sin que ningún tratamiento médico logre mejorarlos, o que al ser tratados farmacológicamente acaban siendo siempre sustituidos por otros que aparecen después, nos están indicando que existe algún problema o conflicto no resuelto de tipo emocional.
La relación órgano - emoción

La medicina China distingue 6 órganos Yin: hígado, corazón, pericardio, bazo-páncreas, pulmones y riñones, y 6 órganos Yang: vesícula biliar, intestino delgado, calentador triple, estomago, intestino grueso y vejiga.
Los primeros se definen con forma más sólida y compacta y producen, transforman y almacenan diferentes tipos de Energía Vital. Los órganos Yang se definen con forma hueca y sus funciones principales son la digestión de los alimentos y todo tipo de eliminación. A cada órgano Yin se le asocia su correspondiente órgano Yang. Además, existen otros órganos llamados extraordinarios que son el cerebro, el útero, la médula, los huesos, los vasos sanguíneos, y la vesícula biliar, ésta última también considerada órgano Yang.

Las causas internas de la enfermedad se originan a partir del desequilibrio energético provocado por siete emociones que se asocian a cinco órganos internos; a los dos pulmones y a los dos riñones por tratarse de una pareja de órganos se les asocia también una pareja de emociones: la tristeza y la melancolía, y el miedo y el terror respectivamente. Al bazo no se le relaciona ninguna emoción, este órgano que se identifica con el movimiento básico de la energía de la tierra, se sitúa en el centro, y se le asocia una facultad intelectiva como es la reflexión. El corazón se relaciona con la euforia y el hígado con la ira.

LOS PULMONES: La Tristeza y la Melancolía

LOS RIÑONES: El Miedo y el Terror

EL BAZO: La reflexión

EL CORAZÓN: La euforia

EL HÍGADO: La ira

El desequilibrio afecta a la entera unidad del sistema energético, por tanto, la energía esta comprometida tanto en las manifestaciones orgánicas como emocionales y supone una crisis en la biografía de la persona (EL KARMA: mientras más enfermedades somaticemos más alejados estamos de nuestro KARMA, por lo que nos toca reflexionar e intentar recuperar ese equilibrio).

El sistema mantiene un cierto equilibrio, cuando éste se rompe aparece el trastorno, y entonces el síntoma tiene una repercusión a todos los niveles del individuo. Siempre que hay una perturbación del equilibrio energético, aparece el síntoma, y entonces, es necesario comprender que está ocurriendo desde el punto de vista psicosomático.

Está claro que las emociones son mentales y físicas a la vez y ejercen influencias reciprocas entre sí. Como decía Juvenalis, la salud mental y la salud física, van siempre de la mano.



CORAZÓN: .A nivel somatopsiquico el equilibrio de la energía cardiaca induce a un estado de serenidad y generosidad: se sabe dar y recibir amor. Si el corazón sufre un desequilibrio energético se origina un comportamiento de sobreexcitación, eufórico, de agitación o alegría desmesurada, el humor se vuelve variable y va de un extremo a otro, se pueden alcanzar estados de histeria. Se pierde totalmente el control. En el caso limite se llega a la pasión desmesurada y fanatismo. La persona puede volverse influenciable. Surgen dificultades para comunicarse comprensiblemente, se balbucea, incluso se tartamudea. La energía del corazón fluye más lenta y se congestiona, provocando irregularidades en el ritmo cardiaco que se traducen en palpitaciones, taquicardias, nerviosismo e insomnio. La energía equilibrada y expansiva del corazón favorece una personalidad con claridad de ideas, con gran facilidad de comprensión y asimilación; comunicativa. El espíritu (Shen) habita en dos residencias: en la frente y en el corazón; en la primera residencia, el espíritu discierne los acontecimientos de la vida y toma conciencia de ellos, en la segunda residencia el espíritu equilibra todos los sentimientos y es capaz de expresarlos con sinceridad.

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