EL PATITO FEO
El Patito Feo
La mamá Cisne cuidaba sus huevos con infinita ternura cuando iba a buscar comida, escondía sus huevos en un arbusto. Un día, un terremoto hizo que uno de sus preciados huevos rodara y rodara hasta un establo, cerca de un estanque.
La señora Pato, quien tenia tres huevos para empollar, se sorprendió mucho al ver que cerca de su nido había un huevo más, pero decidió cuidarlo y empollarlo como si fuera suyo. El día llegó, los polluelos comenzaron a picotear sus cascarones, la señora pato estaba muy emocionada, dos de sus patitos ya habían salido; el tercero fue otro lindo polluelo de color amarillo. Cuando el cuarto huevo comenzó a romperse la madre y los pequeños estaban emocionados por conocer al nuevo integrante de la familia. Tremenda sorpresa se llevaron cuando salió un polluelo de un extraño color gris y un pico negro azabache.
La madre y los polluelos, a pesar de su marcada diferencia, lo aceptaron y lo amaron hasta que un día, tras varias burlas de parte de los animales vecinos, apodos como “patito feo” y risas por ser diferente, decidió ir en busca de la respuesta a una pregunta que se hacia constantemente: ¿Qué soy yo?
Sus aventuras en la búsqueda de su identidad fueron variadas, probó suerte en un gallinero, en donde lo picotearon hasta que salió huyendo aterrorizado; también fue a la casa de los flamencos, pero en seguida se dio cuenta que no encajaba en ese lugar de aves tan altas… Hasta que llego a un estanque escondido entre arbustos y los vio: Un ave preciosa nadando en el estanque, seguida por dos polluelos idénticos a el, en seguida supo que él formaba parte de esa especie. Se lanzó como pudo al estanque, y por instinto comenzó a nadar hacia ellos. La sorpresa y la alegría de la mamá cisne fue inmensa, por fin tenia de vuelta a su preciado bebe. El pequeño cisne vivió feliz y se convirtió en un ave hermosa y majestuosa.
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