Acto psicomágico para deshacernos de la “basura” espiritual
Acto
psicomágico para deshacernos de la “basura” espiritual
Todos los objetos que nos rodean influyen en nuestra
vida de una manera positiva o negativa. El inconsciente da un significado
simbólico a cada cosa; en nuestro espíritu, ellas adquieren una forma de vida,
actúan como llaves que abren viejos traumas, haciéndonos derramar el dolor
reprimido y liberando fuerzas sanadoras. Los adeptos a la magia negra han
utilizado esto, en forma supersticiosa, para fabricar fetiches siniestros o
talismanes.
Cada bien que reposa en nuestro hogar está acompañado
de recuerdos y ocupa un espacio en nuestra mente, absorbiendo o dando energía.
Los objetos sin utilidad y sin significado profundo, como regalos que
conservamos por compromiso, restos de un pasado superado, adornos para llenar
sitios vacíos, documentos caducos, libros que no volveremos a leer, etc.,
absorben nuestra energía vital y nuestra capacidad de concentración, atándonos
a períodos de nuestras vidas que creemos haber superado. A este conjunto podemos
llamarlo “basura espiritual“.
Para que el desarrollo de nuestra conciencia se efectúe
si esa clase de obstáculos, Alejandro Jodorowsky aconseja el siguiente acto
psicomágico:
Conseguir etiquetas adhesivas y dividirlas en dos
grupos: en las de un grupo escribiremos “Sí” y en las del otro, escribiremos
“No”.
A las doce de la noche de un domingo, debemos recorrer
toda la estancia donde vivimos y examinar todo lo que ella contiene: muebles,
cuadros, libros, discos, papeles, ropa, vajilla, objetos de adorno,
colecciones, fotografías, diplomas, sábanas, etc.
A medida que la noche transcurre y se acerca el alba
del lunes, nos dedicaremos a pegar etiquetas en todo lo que veamos: “Sí”(si es
una cosa útil) o “No” (si es algo inútil) (Podemos encontrar un objeto que es
útil, pero que proviene de una época en la que vivíamos con otra pareja, o que
se ha heredado de un pariente muerto sin haberse realizado duelo, o que es un
regalo que nos ata a un nudo incestuoso, etc. A esos objetos debemos colocarles
la etiqueta con el “No”).
Al final de esta tarea, habiendo hecho los trámites
necesarios con las autoridades correspondientes para que los retiren, debemos
amontonar en la calle todos los objetos designados con una etiqueta “No”. Sea
cual fuere el valor de esas cosas inútiles, no debemos intentar venderlas. Si
las vendiéramos, el dinero recibido y los nuevos objetos comprados con él
continuarían atándonos a un pasado tóxico.
Al retirar de los objetos restantes (los útiles o
esenciales) la etiqueta “Sí”, el consultante debe decir “Gracias”, agrupar
estas etiquetas y formar con ellas una bola. Luego, debe darle forma de maceta
y cubrirla con tierra y una bella planta florecida.
(Fuente: Alejandro Jodorowsky)
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