No dejes que la gente te arrastre hacia su tormenta
No dejes que la gente te arrastre hacia su tormenta -Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio? -A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos. -Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo. No permitas que te conviertan en un monstruo. No dejes que la gente te arrastre y apague tu luz, no permitas que te provoquen y, por supuesto, nunca consientas que penetren en ti sus demonios. No existen ofensas, sino los ofendidos “Sufrir una ofensa no es nada, a no ser que nos empeñemos en recordarla” Confucio Cada persona da a los demás lo que posee dentro, sea o no agradable. Sin embargo, no son los demás los que nos dañan, sino que somos nosotros los que damos validez a sus opiniones y a sus acciones. Nadie puede hacerte daño sin el consentimiento de tu Yo interno , lug